El siglo XIX fue el de la expansión de la Revolución industrial por Europa Occidental y EE UU. Sus nuevas formas de producción (trabajo en cadena), sus materiales (especialmente el acero) y sus nuevas necesidades (estaciones de ferrocarril, puentes, mercados…) renovaron por completo la arquitectura del momento, iniciando la llamada arquitectura del hierro y cristal que es el antepasado directo de nuestros edificios actuales . Características de la arquitectura de hierro y cristal: Esta revolución arquitectónica se basó especialmente en un nuevo material, el acero . Sus cualidades le permitían una construcción más rápida y b arata (las piezas ya llegaban hechas a la obra y sólo era necesario montarlas), a la vez que (gracias a su resistencia) conseguían eliminar los soportes internos , consiguiendo arquitecturas d iá fanas (sin obstáculos visuales), con gran cantidad de generar un espacio interno muy amplio, adaptable a cualquier necesidad . Junto al acero, otro ma
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